A veces, es posible que no ganemos suficiente dinero para nuestros gastos y que debamos endeudarnos para pagar las deudas mensuales. Otras veces, aunque vivamos dentro de nuestras posibilidades debemos de encontrar la capacidad de ahorrar para un futuro financiero más saludable, aunque pueda resultar un desafío. 

Identifica maneras de reducir tus gastos. Te resultará mucho más fácil si hablas con tu pareja o con tus seres queridos. Si tus amigos, familiares y las personas que te rodean conocen los cambios que intentas llevar a cabo, es más probable que lo logres. ¿Puedes reducir la cantidad de veces que sales en el mes? ¿Compras impulsivas o compras por Internet? ¿Cuánto podrías ahorrar mensualmente si recortas algunos lujos? ¿Qué actividades divertidas o pasatiempos puedes hacer gratuitamente?

Si estos cambios no marcan una diferencia importante, observa el resto de tus gastos. ¿Puedes reducir la cantidad de dinero que gastas en comida si planificas mejor o si haces las compras en un supermercado con descuentos? ¿Comparaste recientemente los seguros de casa y del automóvil para ver si puedes pagar menos?

Si puedes ser flexible con tus horarios diarios o semanales, con frecuencia encontrarás maneras de ahorrar dinero. Puedes ir al cine en un horario menos popular, cuando los precios son menores. También puedes programar las reuniones más tarde para poder trasladarte fuera de las horas pico. Además, puedes prepararte el almuerzo en lugar de comprarlo en el trabajo. Y puedes trabajar remotamente (desde tu casa) parte del tiempo o todo el tiempo.

Al vender artículos que ya no necesitas o que ya no usas, puedes ahorrar dinero con eficacia. Esto también puede ayudarte a reducir una acumulación indeseada. Hay vendedores especializados en línea y sitios de subastas, como eBay, donde puedes vender los artículos que ya no deseas conservar. Existen compradores para CD, DVD, juegos y consolas, y hay un mercado próspero para la ropa de calidad que ya no uses. Muchas personas descubren que disfrutan de vender las cosas que ya no necesitan en las ferias, además de los ingresos que pueden generar.

Las tarjetas de crédito y de débito facilitan los pagos. Los pagos sin contacto son aún más fáciles. No obstante, puedes solo gastar lo indispensable sin excederte con tus tarjetas.
Puede resultarte difícil recortar gastos, en particular si los hábitos de gasto se formaron a lo largo de los años. Para formar un nuevo hábito, se requiere una repetición constante.

Continúa esforzándote. Recuerda que los pequeños sacrificios que hagas pueden resultar en grandes recompensas a lo largo de los años.