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Administar gastos puede parecerte una tarea difícil, sin embargo, su importancia radica en mejorar tu calidad de vida, brindarte seguridad financiera para el futuro, e influir en la disminución de tus niveles de estrés.
Categorizar gastos permite tener un mejor control y comprensión de tu situación financiera.
Es posible comenzar a diferenciarlos en tres grupos: Deseos, necesidades y deudas.
Se trata de costos inevitables que mantienen seguros, abrigados y alimentados tanto a tus seres queridos como a ti.
Incluyen la hipoteca o la renta, las compras de comida, los servicios públicos, el transporte. Debes incluir los impuestos, a no ser que tu empresa o empleador los deduzca de tu salario.
Se trata de los gastos que no son esenciales, estos pueden ser, comer fuera de casa, ir al cine, comprar ropa por gusto, pagar gimnasio, vacaciones y conciertos.
Puede parecerte agobiante dejar de considerarlos en tus gatos mensuales, pero puedes verlos como una oportunidad, ya que, al disminuir este tipo de compras podrás ayudar a tu cartera, además de contribuir a tus metas financieras.
Incluyen los pagos mensuales e intereses derivados de la deuda contraída en tarjetas de crédito, hipotecas, créditos personales.
Si tienes este tipo de deudas lo primero que hiciste fue contemplar tu capacidad de pago, en caso contrario, siempre se debe considerar pagar el minímo, o de ser posible el pago minímo que no te genere intereses.
Si observas que gastas demasiado en una categoría, esto podría indicar que debes llevar a cabo ajustes en tus hábitos. Recuerda analizar cuidadosamente tus necesidades, de ser necesario haz una lista de prioridades, te ayudará a ser más objetivo al hacer tu clasificación de gastos.
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